Este verano no te preocupes por la Salmonelosis

Ahora que estamos en verano, hablamos de una de las intoxicaciones más frecuentes en temporadas de calor, la salmonelosis o infección por salmonella.

La salmonella es un género de bacterias que pertenece a la familia Enterobacteriacecae, anaerobios facultativos, con flagelos perítricos y que no desarrollan cápsula (excepto la especie S. typhi) ni esporas. Son bacterias móviles que producen ácido sulfhídrico (H2S). Emplean glucosa por poseer una enzima especializada, pero no lactosa, y no producen ureasa ni tienen metabolismo fermentativo.

La infección ocasionada por la salmonella, es una enfermedad bacterial que afecta al tracto intestinal. Este microorganismo se adapta muy bien a los animales y las personas. La salmonelosis suele  deberse a comidas en mal estado como huevos o mayonesa por ejemplo, aunque realmente puede darse en cualquier alimento crudo de origen animal, como las carnes, aves, leche o pescados, incluso en algunas frutas o verduras. Se llega a producir cuando estos alimentos no son cocidos a la temperatura adecuada o cuando las frutas y verduras no se lavan adecuadamente. Su previsión pasa por una buena limpieza de los alimentos y por una correcta forma de preparación y cocción de los alimentos como carnes, pescados o huevos. Si todos estos alimentos contaminados entran en contacto con otros utensilios de cocina listos para el consumo (cucharas, cuchillos, tenedores, etc.), la salmonella puede propagar la infección exponencialmente.

Los síntomas más comunes de infección son náuseas y vómitos, dolor abdominal, diarrea, fiebre y escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares (mialgia), sangre en las heces.

Extreme las precauciones al preparar la comida… y sea prudente al consumirla y al conservarla:

  • Las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados.
  • Es conveniente rechazar los huevos que no estén etiquetados y los que no lleven fecha de consumo preferente, estén sucios o rotos.
  • En bares, cafeterías, restaurantes, etc. hay que rechazar los alimentos elaborados que, precisando de refrigeración, estén expuestos a temperatura ambiente.
  • Evitar comer huevos crudos o alimentos poco cocidos que contengan huevos crudos.
  • No consumir carnes insuficientemente cocinadas, especialmente las de aves.
  • No tomar leche cruda
  • Consérvese siempre en los frigoríficos cualquier pastel, natillas, salsas, etc. y consúmanse a las 24 horas posteriores a su elaboración.

El Reglamento (CE) Nº 2160/2003 establece la obligatoriedad de adoptar medidas apropiadas y eficaces para detectar y controlar la presencia de Salmonella en todas las etapas de producción con objeto de disminuir su prevalencia y el riesgo que supone para la salud pública.  Para ello contempla la fijación de objetivos comunitarios de reducción de la prevalencia.

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